En una familia de frikis no pueden faltar los juegos de mesa, y por supuesto, nos gusta compartir esta afición con los más peques de la casa. Por suerte los juegos de mesa están cada vez más de moda, y no faltan opciones orientadas incluso a las edades más tempranas con las que podemos irles iniciando poco a poco en las mecánicas más típicas, y lo más importante: divertirnos en familia.
Juegos para bebés (1 a 3 años)
¿Tan pequeñitos se puede empezar? ¡Pues claro! A estas edades los peques necesitan reglas muy muy básicas, todo visual y manipulativo, y preferentemente juegos cooperativos en los que no haya dramas con quien gana y pierde. Casi son más pasatiempos que juegos en sí, pero los peques aún así se entretienen y van aprendiendo mecánicas básicas tales como esperar su turno, lanzar dados o sacar cartas e intentar mantener la atención durante partidas cortas.
Roll & Play, de Thinkfun

Un juego muy divertido para peques de año y medio en adelante, que más que juego de mesa es “de suelo” porque se juega por toda la habitación. Incluye un dado gordo de peluche con una serie de tarjetas con “minirretos” temáticos: imitar a animales, ejecutar una acción de psicomotricidad, buscar algo de algún color, expresar emociones… Es entretenido hasta para niños preescolares también, haciendolo una buena opción para jugar en familia si tenemos algún hermano más mayor.
Sopa de bellotas, de Ludilo
Probablemente el juego más sencillo de esta lista, se puede usar con peques que sepan contar y reconocer formas, a partir de dos años o incluso antes. La caja del juego tiene forma de olla, viene con una cuchara y un montón de ingredientes de madera, y una serie de tarjetas de “recetas” que debemos completar cooperativamente.
Oruga de colores, de Haba

Este juego es esencialmente un bingo de colores en el que vas completando el cuerpo de unas oruguitas muy cuquis, y además tiene un tamaño de viaje de lo más práctico. Aunque en la caja ponga que es a partir de 3 años, se puede jugar sin problema con menos edad, ya que tan solo requiere reconocer colores y esperar turnos.
Los 3 cerditos, de Goula / El Frutal, de Haba
Estos dos juegos tienen una mecánica casi identica, cambiando la ambientación. Se trata de un juego cooperativo en el que por turnos se tira un dado, que nos dirá si avanza “el equipo bueno” o “el malo”.

El de los tres cerditos trae un escenario muy chuli con una casita para montar sobre un tablero, y unas figuras de madera de los cerditos y el lobo. Por turnos, debemos tirar el dado y mover según lo que salga a alguno de los cerditos o el lobo. Ganaremos en equipo si logramos que los 3 cerditos lleguen a la casa primero, y perderemos si lo hace el lobo. Apto para niños de 2 años en adelante, y entretenido también para niños preescolares.

Si a tu peque le ponen nervioso los lobos y prefiere otra temática, puedes optar por El Frutal de Haba, en sus diferentes versiones (son muy parecidas todas). Aquí, en lugar de un lobo tenemos a un cuervo caradura que se quiere comer la fruta de un huerto, y tendremos en equipo que recogerla toda antes de que llegue.
Juegos de etapa preescolar (4-6 años)
En esta etapa ya podemos empezar a introducir reglas algo más complejas, así como juegos competitivos con condiciones de victoria (aunque es común que tengan mal perder todavía, es algo que les vine bien ir trabajando). Aún así, hay que tener en cuenta que con estas edades aún no leen ni saben matemáticas, aunque sí reconocen letras y números. Tendremos más componente de azar que de habilidad o estrategia, que hará que los juegos sean más “justos” distribuyendo de forma igualitaria quien gana y quien pierde.
El juego de la oca

Tanto eurogame, tanto frikismo, ¡y a veces nos olvidamos de lo de toda la vida! El clásico juego de la oca es un éxito entre los niños pequeños y no tan pequeños, y es perfecto como juego de iniciación. Nada más emocionante que recorrer el tablero y ver cómo la partida puede dar un vuelco de un momento a otro, y nada mejor que tener una rimilla para cada regla para hacerlas fáciles de recordar y comprender. Al ser puramente azar, los niños tienen las mismas posibilidades de victoria que los mayores, sin importar su nivel de habilidad, aunque tendrán que aprender a saber gestionar la frustración cuando la suerte no está de su lado.
Cualquier tablero te sirve, aunque para jugar con niños más pequeños a mí me gusta alguno en el que sea intuitivo seguir la dirección del tablero (estamos hablando de niños que aún les cuesta leer los números), y que tenga claramente marcadas las casillas especiales. Por ejemplo, este de Cayro, que además viene por el otro lado con un parchís simplificado.
Monopoly Junior

Os voy a confesar algo: los monopolys me suelen poner de muy mala leche. Y es que son juegos en los que tu suerte al inicio de la partida se multiplica con interés compuesto. Dicho esto, Monopoly tiene muchas variantes que están más balanceadas y divertidas. Monopoly junior es una versión para los más peques que además viene con una figuritas monísimas, y dos niveles de juego: el más básico tan solo requiere saber contar y asociar, y no pasa nada si te quedas sin diero. El segundo nivel es más parecido en cuanto a reglas al monopoly tradicional: hay que saber sumar, las tarjetas de suerte son más complicadas, y te puedes quedar en bancarrota. El tablero tiene menos casillas que el monopoly normal, lo que hace que las partidas sean más cortas y toquen a su fin cuando alguien ya empieza a despuntar.
UNO

¡Otro clásico! Divertidísimo e ideal para iniciación, ya que solo requiere saber reconocer números y colores. Con los más pequeños puedes empezar jugando con las cartas básicas, e ir introduciendo las cartas especiales poco a poco. Además, puedes encontrar variantes con todos los personajes infantiles de moda: de disney, superhéroes, la patrulla canina… No solo les resulta así más vistoso, sino que también es una ayuda visual para los más pequeños, que saben reconocer mejor cuando coincide el dibujo de un personaje que cuando coincide un número.
Spy guy

Si os gustan los libros de “busca y encuenta” os va a encantar este juego, que además es cooperativo. Recorreremos en equipo un tablero buscando pistas un escenario, que nos permitirán seguir el rastro de un villano al que debemos atrapar antes de que llegue al final del tablero. Al ser cooperativo, las diferencias en la habilidad para buscar y encontrar no resulta frustrante para los peques.
Hay suficiente variedad con las cartas y la densidad del tablero para que los elementos a buscar no se repitan mucho de una partida a otra, pero aún así si acabas quemandolo hay varias expansiones con escenarios nuevos.
Juegos de etapa primaria (7-10 años)
Con esta etapa ya tenemos personitas que empiezan a leer, saben matemáticas básicas, y pueden empezar a aplicar estrategias y habilidad, por lo que los juegos se vuelven mucho más interesantes, y ya no dependen tanto del azar. Gustan más los juegos rápidos, y con reglas fáciles de entender - lo cual no quiere decir que sean fáciles de dominar.
Dobble

Uno de los juegos infantiles que se ha puesto más de moda en los últimos años. Se trata de un juego de rapidez visual, con tarjetas con múltiples dibujos y en las que de alguna manera mágica, si cojes dos tarjetas cualesquiera siempre coincide un y sólo un símbolo entre ellas. El objetivo es ser el primero en darte de cuenta de esa coincidencia. Al igual que ocurre con el UNO y otros juegos de moda, tienes disponibles variantes con todos los personajes más típicos: harry potter, las princesas disney, pokémon…
Al ser un juego 100% de habilidad, si jugamos con niños más pequeños se van a frustrar por perder siempre. Existe una versión simplificada llamada Dobble Kids, en la que hay menos dibujos por tarjeta y de mayor tamaño, para hacerlo algo más accesible a edades más tempranas.
Taco gato cabra queso pizza

Este juego es un favorito en nuestra casa, porque es facilísimo de entender y muy divertido. Todos deben ir poniendo cartas en el centro siguiendo una secuencia de palabras: taco, gato, cabra, queso, y pizza. Si una carta coincide con la palabra, todo el mundo pone la mano en el centro, y el último se come el montón. Las ilustraciones son bastante perrillas y a veces parece que un gato es una cabra, o una pizza un queso.
Al igual que ocurre con el Dobble, requiere habilidad para poder ganar, por lo que es complicado jugar con niños más pequeños. Pensando en ellos, ha salido recientemente una versión simplificada llamada “taco, gatito, pizza”, aunque no es tan divertida.
Virus

Otro juego muy de moda, y además de autores españoles. En este juego tenemos que coleccionar cartas de organos, boicoteando a la par a los rivales con enfermedades y otras perrerías. Es fácil de aprender y muy muy divertido, y no requiere saber lectura ni matemáticas, aunque sí que tiene ya un componente estrategico relevante.
Hay que tener en cuenta que el juego no solo es competitivo: es hostil, ya que se trata no solo de mejorar tu cuerpo, sino de hacerle zancadillas a los demás. Aquí hay niños que se lo tomarán mejor o peor cuando sean ellos los que son victimas de alguna jugada cabrona.
Sushi Go!

Este juego gusta ya no solo por lo divertido que es, sino que además tiene una ilustraciones súper cuquis. En cada turno debemos ir rotando cartas entre los jugadores, pescando cada uno la que más nos interese para constuir un menú. Al final, se hace un conteo de puntos que dependen de ciertas combinaciones de cartas en el menú.
Tal como le pasa a Virus, la victoria va a estar condicionada por aplicar estrategias correctas, aunque tiene menos nivel de tensión ya que no le “destrozamos” los esfuerzos a los demás.